sábado, 11 de febrero de 2012

No hay dos sin tres y como tenía más cosas para decir salió Gaucho Viajero Parte III, en este caso para cantar a cuatro voces


Una noche yo cantaba
en “El Viejo Tropezón”
y al terminar mi canción
pidió permiso un viejito
que había estado calladito
escuchando en un rincón.

Con sus manos sarmentosas
acarició el instrumento
arrancándole un lamento
a las vibrantes bordonas
que volaron cual palomas
en busca del firmamento.

Pidió permiso al patrón
y permiso a los presentes
y mirándome de frente
para captar mi atención
soltó desde el corazón
su trino con vos potente.

“Después de haberlo escuchado
deduzco que usted viajó
y en sus viajes cosechó
para su canto sustento
que sirven de fundamento
al canto que aquí soltó.

La experiencia que yo tengo
no es fruto de haber viajado
porque mi vida he pasado
allá en mi pueblo metido
pero mucho he aprendido
masticando lo mirado.

Yo ejerzo mi libertad
sin moverme del lugar
desde allí pude observar
y aprender con lo que veo
todo tiene un lado feo
que se puede mejorar.

“Pueblo chico infierno grande”
reza el antiguo refrán
y así es en la realidad
ya que concentra el poblado
lo mejor y los más malo
de toda la humanidad.

 Entienda que no pretendo
erigirme en juez de nadie
cada uno elige el aire
y respira como quiere
pero hay algunos que tienen
el hábito más no son frailes.

 “El sabelotodo”

Por ejemplo está el señor
con pinta de intelectual
que es un ejemplo cabal
de que a veces la apariencia
carece de aquella esencia
que se quiere aparentar.

Observe como utiliza
un lenguaje rebuscado
y con gestos estudiados
para realzar su postura
da clases de caradura,
en todo tema es versado.

Pero el sabio de verdad
de su saber no hace alarde
deja que el otro hable en balde
y que meta la de andar,
nada querrá demostrar
si no es parte de ese fraude.

Quien permanece callado
por tonto puede pasar
pero si se larga a hablar
disipa todas las dudas,
más vale pasar por mula
que ser mula de verdad.

“El chismoso”

Hay otros que se dedican
a airear los trapos ajenos,
salpican con su veneno
a todo aquel que se cruza
acechan como lechuzas
y siempre cazan al vuelo.

No están bajo las piedras
como cualquier alimaña
pero igual clavan con saña
su ponzoñoso aguijón,
son serpientes de salón
que a toda la gente dañan.

Siempre atacan por la espalda
con malévola intensión
pues tienen el corazón
lleno de resentimiento,
la envidia es su alimento
y criticar su afición.

Tal vez será porque envidian
lo que no pueden tener
y a todos hacen caer
en sus mentiras odiosas
como si no tuvieran cosas
que mejorar en su haber.

“El violento”

Algunos muy primitivos
y a falta de la razón
para reforzar su versión
utilizan la violencia
y a fuerza de prepotencia
imponen su posición.

No se da cuenta el violento
que en cada golpe que da
pierde otro pedazo más
de aquello que perseguía
si tiene su hegemonía
basada en la crueldad.

En el fondo reconoce
su escasa capacidad
pero esconde esa verdad
solapando su bajeza
y amparándose en la fuerza
disfraza su realidad.

Pobre de aquel que no sabe
que en el razonamiento
se encuentran los fundamentos
que alimentan las razones
y evitan las discusiones
que terminan en lamento

“Pobres y Ricos”

En todas partes del mundo,
tal cual usted habrá visto,
unos pocos son muy ricos
y muchos no tienen nada
es algo que no me agrada
y que tampoco me explico.

¿Por qué el pobre se desloma
sus días de sol a sol?
mientras tanto su patrón
disfruta de las ganancias
sin pensar que tiene estancia
gracias a que tiene peón.

Las riquezas se concentran
en cuatro terratenientes
pero el resto de la gente
vive hundida en la pobreza
con la terrible tristeza
de saber que es permanente.

Porque el rico se asegura
de generar dependencia
se reviste de indolencia
para ignorar la aflicción
que genera con su acción
de vivir en la opulencia.

Se asegura de que el peón
siga siendo siempre pobre
si nunca le sobra un cobre
ha de cuidar con afán
que nunca le falte el pan
para sí mismo y su prole.

Pero si el pobre prospera
puede tornarse insolente
y encontrar que no era verde
si verde dijo el patrón,
sometido y pobretón
mucho mejor que rebelde.

Baja el pobre la cabeza
y se mantiene callado
aguanta el puñal clavado
con singular entereza
aceptando la pobreza
que a su suerte le ha tocado.

Sabe bien que si protesta
lo acusan de rebeldía
y con gran alevosía
lo castigan sin piedad
por atreverse a gritar
y pensar con osadía.

“Los curas”

De todos las cataduras
hay en mi pueblo un ejemplo
como también hay un templo
también conocí a los curas
peligrosos caraduras
presentes en todo tiempo.

Arrean al inocente
como vaca al matadero
y a cambio de su dinero
el paraíso prometen
y al ignorante someten
con mentiras y con miedo.

Son dueños de la verdad
y la imponen sin reparos
luego venden con descaro
su cielo a la humanidad
con total impunidad
desde un púlpito blindado.

Ellos deciden y predican
lo que es malo y lo que es bueno
tienen su discurso lleno
con palabras que convencen
y a los crédulos les venden
de a pedacitos el cielo.

A la hora de cumplir
ellos están exceptuados
su dios lo ha perdonado
por los males cometidos
su cielo ya han conseguido
a pesar de sus pecados.

“El Racista”

Es tan pequeño mi pueblo
como una gota en el mar
no obstante es una total
gran paleta de colores,
buenos, malos y peores
para cada botón un ojal.

El racista se merece
una especial atención
nunca entendí la razón
de tanto ensañamiento
y el triste resentimiento
que anida en su corazón.

Seguramente será
por culpa de la ignorancia
que grita con arrogancia
achacándole al extraño
la culpa de todos los daños
y de él toma distancia.

Discrimina los acentos
y separa por colores
creyendo que son mejores
los que preservan la raza
pues no quieren que en su taza
se misturen los sabores.

Critica el mestizaje
y desprecia al diferente,
él no quiere entre su gente
a gente de otros paisajes
quizás teme que le saque
el bocado de los dientes.

Tal vez olvidó o no sabe
que todos somos viajeros
y que quizás sus abuelos
también fueron emigrantes,
si lo pensara un instante
perdería ese recelo.

De los foráneos aportes
se nutre nuestra cultura
se enriquece con mistura
sin que el origen le importe
no precisa pasaporte
y se mueve con soltura.

“La dictadura”

De rebote conocí
otra raza muy dañina
que por odio o por inquina
instauraron el terror
desparramando dolor
por todas nuestras equinas.

A todo aquel ciudadano
que pensara diferente
lo arrancaban de su gente
con impune autoridad
alcanzando su crueldad
a mi hijo adolescente.

Mi pobre niño soñaba
con un país sin pobreza
soñaba con la grandeza
para su patria querida
tan solo era una utopía
que vivía en su cabeza.

Pero una noche a mi niño,
mientras tranquilo dormía
lo despertó la partida
con gritos y culatazos
lo arrancaron de mis brazos
dejándome el alama herida.

Durante años lo busqué
pregunté y pedí favores
hasta que al fin mis temores
un día vi confirmados
a mi niño habían matado
entre torturas y horrores.

A mi hijo más pequeño
lo mataron en la guerra
por defender nuestra tierra
de los piratas malvados
pero triunfa el más taimado
en esta vida tan perra.

“El Amor”

Al amor lo conocí
y sin haberlo buscado
allí mismo en el poblado
en donde siempre viví
y con ella construí
hermosos sueños dorados.

Juntos hicimos el rancho
donde vivimos felices
allí vimos los gurises,
frutos de nuestro cariño
crecer desde tiernos niños
como dos firmes raíces.

Era tan profundo y puro
el amor que nos unió
que nada nos separó
desde el día en que nos vimos
hasta creo que si nacimos
fue porque el otro nació.

“La Tristeza“.

Pero al perder nuestros hijos
de a poco se fue apagando
la muerte revoloteando
como si fuera un carancho
hizo nido en nuestro rancho
y la arrancó de mi lado.

Ella que toda la vida
había vivido riendo
poco a poco fue perdiendo
su legendaria alegría
y yo la ví día a día
como se iba muriendo.

Desde entonces la tristeza
me acompaña donde voy
la soledad y el dolor
me siguen como una sombra
y mi guitarra los nombra
cuando suena en mi menor.

Ya ve que yo no he viajado
como ha viajado usted
pero en cuestión de aprender
como ya le he contado
mucho es lo cosechado
queriéndolo y sin querer”

Y así se despidió
agradeciendo a la audiencia
por escuchar con paciencia
las coplas que improvisó,
el público lo aplaudió
y agradeció su presencia.

Después se acercó un paisano
con gesto adusto y sombrío,
pidió silencio al gentío
y un minuto de atención
para cantar su canción
que para usted yo transcribo.

“Yo no soy un buen cantor
mis recursos son escasos
pero iré pasito a paso
armando el rompecabezas,
juntando todas las piezas
y combinando pedazos.

Escuché que uno viajó
y el otro aprendió mirando
mas yo le cuento cantando
que lo poco que aprendí
fue porque mucho sufrí
y lo que sigo aguantando.

Pues mis penas empezaron
a mi más temprana edad
el destino con crueldad
me dejó desamparado
me ha juzgado y condenado
a vivir en la orfandad.

Pronto tuve que aprender
a vivir en soledad
sin caricias de mamá,
ni la protección de un padre,
sin un perro que me ladre,
esa fue mi realidad.

Aprendí a sobrevivir
cual ganado cimarrón
como barco sin timón
donde me llevaba el viento
nadie oía los lamentos
de mi pobre corazón.

Y dando tumbos llegué
a la edad que ha de servir
todo hombre a su país
defendiendo la bandera
cuando un pirata de afuera
la ha querido agredir.

Allí por primera vez
tuve amigos verdaderos,
amistad que con esmero
procuré no descuidar
pues es difícil hallar
un afecto tan sincero.

Entre todos hubo uno
que se convirtió en mi hermano
fue el mejor ser humano
que he conocido jamás,
era noble de verdad
siempre listo a dar su mano.

Los dos juntos enfrentamos
al hambre, al frío y al miedo
y aquel enemigo artero
que por la fuerza quería
despojar a la Argentina
de sus recursos costeros.

Una mañana emplearon
todo su cruel potencial
poniendo el punto final
a toda esa triste historia,
aun conservo en la memoria
aquel momento fatal.

Arreciaba la batalla,
la muerte nos perseguía
y mi amigo dio su vida
para salvarme el pellejo
aunque he llegado a viejo
aún me sangra aquella herida.

Cuando aquello terminó
y volvimos derrotados
todos aquellos soldados
que peleamos esa guerra
para defender la tierra,
pronto fuimos olvidados.

Volví a andar sin más rumbo
que el que dictaran los vientos
arrastrando el desaliento
caí en la delincuencia
descargando con violencia
todo aquel resentimiento.

Así fue como llegué
con mis huesos a prisión,
que es donde la sinrazón
pone la guinda al pastel
porque llega a endurecer
al más tierno corazón.

Pues allí como en la selva
reina la ley del más fuerte,
allí no es cuestión de suerte
el conservar la cabeza
se precisa gran destreza
para esquivar a la muerte.

Aprendí, como la liebre
a dormir con un ojo abierto,
a no dar nada por cierto,
ni esperar de nadie nada,
pues allí todo se paga
no se si a explicarme acierto.

Los días se hicieron años
encerrado tras las rejas,
vi a la gente hacerse vieja,
hacinada cual rebaño
y nadie se llame a engaño,
allí no sirven las quejas.

Después de estar en la guerra,
otra vez volví a matar
tan solo por conservar
lo único que tenía
que era solo mi vida
y así me hice respetar.
  
El hijo de Martín Fierro
cantó de modo certero
al decir que el carcelero
carece de corazón,
o lo esconde con razón
si quiere ser buen “llavero”.

Hay muchos que son honrados
y cumplen con su trabajo
pero otros por debajo
negocian con los reclusos 
incurriendo en el abuso
y cayendo en lo más bajo.

No le voy a describir
porque ya lo hizo Fierro,
la vida en aquel encierro
es tan cruel como la guerra,
maldije a la suerte perra
tras esas rejas de hierro.

Yo salí de aquel infierno
ya cumplida mi condena,
ya libre de las cadenas
y sin mirar hacia atrás
me aislé de la sociedad
que solo me ha dado penas .

Ahora vivo solitario
disfrutando la belleza
de la madre naturaleza
y su perfecto equilibrio,
es el mejor de los libros
y la más grande riqueza.

La nutria me da su piel,
la liebre me da su carne
y el ñandú hace un alarde
de gran generosidad,
carne, plumas y huevos da
y todo en tamaño grande.

El animal más feroz
solo mata para comer
no abusa de su poder
ni come solo por vicio
pues no provoca estropicio
con su fiero proceder.

Sin embargo el ser humano
es egoísta y malvado
abusa de sus hermanos
sin importarle un comino
a quien deja en el camino
para ganarle de mano.

Como ven, amigos míos
mi canto llega a su fin
pero antes de partir
retornando a mi aislamiento
quiero pedir un momento
y una promesa cumplir.

Resulta que aquel hermano
que por mi brindó su vida
me encargó que si algún día
visitaba yo su pueblo
preguntara por Don Merlo
y por su mujer María.

Mas, cuando escuché cantar
a ese viejo, sus pesares
descubrí era el padre
del que fue mi gran amigo
ese gran héroe argentino
que por mí vertió su sangre”

Y después de decir esto
se acercó hasta el rincón
donde aquel viejo cantor
lo esperaba emocionado
y en un abrazo apretado
lagrimearon sin pudor.

Mirándolo a los ojos
cuando su llanto calmó
el viejo le prometió
que ya nunca estaría solo,
ya con eso dijo todo
y de nuevo lo abrazó.

Para cerrar el momento
de tan profunda emoción
para todos invitó
"un vino, pero del bueno"
y mi hermano, el tabernero,
convocaba a otro cantor.

Y del tumulto emergió
la figura decidida
de una mujer que enseguida
de todos captó la atención
sacándole al diapasón
una dulce melodía.

“Agradezco a los presentes
por brindarme esta ocasión
de aportar con mi canción
mi humilde punto de vista,
una milonga algo arisca,
pero de tono dulzón.

Escuché con atención
a los otros tres cantores
que mejores o peores
demostraron su saber,
pero yo como mujer
he traído algunas flores.

En primer lugar quisiera
para que ustedes entiendan
explicarles que esta prenda
es fruto del gran amor
que mi madre profesó
por un cantor de otra tierra.

Amó mi madre a aquel hombre
con ternura y devoción,
le entregó su corazón,
pero todas las promesas
del cantor se hicieron viejas
y a su tierra se volvió.

De aquel cantor solo se
su trayectoria y su nombre,
no creo que sea muy de hombre
actuar como lo hizo él
que cuando sació su sed
olvidó que iba a ser padre.

Allí comenzó el calvario
de aquella pobre mujer
porque tuvo que aprender
a soportar el dolor
de vivir ya sin su amor
al que nunca volvió a ver.

Y como si fuera poco
sus padres la repudiaron
por cometer el pecado
de concebir una vida
sin la venia consabida
de la iglesia y el estado.

La gente la esquivaba
como a enfermo contagioso
y no faltó algún piojoso
que se quiso aprovechar,
ella consiguió avanzar
en camino tan fangoso.

El dedito acusador,
hipócrita y desalmado
siempre apunta al desdichado 
juzgándolo sin piedad
sin conocer la verdad
al otro ya han condenado.

Pero ella se hizo fuerte
superando aquellas penas
se aprovechó de esa escuela
y de tan duras lecciones
transformando los dolores
en viento para sus velas.

Me transmitió aquella fuerza
con su ejemplo, día a día,
me enseñó a ver alegría
donde todos ven tristeza
y a descubrir la belleza
en medio de las espinas.

Hizo hincapié en compartir
lo poco que hemos tenido,
en allanarle el camino
a quien le toca sufrir,
que llorar o sonreír
son cosas que van conmigo.

Con su ejemplo me enseñó
que el sexo débil no existe,
porque la mujer resiste
mucho más de lo que piensan
aquellos que la sentencian
pero la mujer persiste.

Desde siempre la mujer
ha vivido relegada
y casi siempre obligada
a respetar la opinión
del hombre, aunque su razón
no fuera tan acertada.

Pero los tiempos cambiaron,
para bien o para mal
y ahora puedo cantar
lo que me viene a la boca
aunque me tilden de loca
yo ejerzo mi libertad.

Las mujeres de mi patria
ya pueden vivir tranquilas
han sido reconocidas
por su fuerza y su coraje,
cantando dejó el mensaje
esta cantora argentina”

Así terminó esa noche
en “El Viejo Tropezón”
después que cada cantor
expuso su parecer
se asomó al amanecer
el primer rayo de sol.


              Raúl Terán

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