domingo, 29 de enero de 2012


Hace unos años después de haber compartido una noche de poesía y guitarras con Rolando Mix Toro, Luis Felipe Alegre y entre ellos el gran guitarrista Javier Lizalde, quien me sugirió "deberíamos hacer algo juntos, me gusta la milonga" esa charla me quedó dando vueltas en la cabeza y hasta que se materializó en "gaucho viajero" aquí dejo la primera de las tres partes.

Gaucho viajero Parte I

De la ocasión que me brinda                                   
buen amigo me aprovecho,
frente a usted y abierto el pecho
dejo escapar en milonga
mi copla triste y mistonga,
si las hay bajo este techo.

Aprovechando la huella
que Atahualpa dejó abierta
voy a entrar por esa puerta
que me lleva hacia el pasado
para airear lo que he guardado
manténgase usted alerta.

He de adentrarme en el tiempo
recurriendo a la memoria
para rescatar la historia
que le quiero relatar
y usted a de separar
lo que es bueno de la escoria.

Yo nací en un barrio pobre
con anchas  calles de tierra
donde la reina miseria
gobierna sin dar razones
y aprieta los cinturones
como en los tiempos de guerra.

Mis viejos, que hablaban poco
me aconsejaban con hechos,
al mundo ponían el pecho
trabajando sin descanso
igual que caballo manso
que avanza lento y derecho.

Mi padre construía casas,
mi hermano amasaba pan
movidos por el afán
de vivir algo mejor
pero era para otro señor
toda la luz del fanal.

En tiempo de privaciones
aprendí que la templanza
es una virtud que no alcanza
a calmar los corazones,
los consejos traen razones
pero no llenan la panza.

Porque parece mentira
que ni en la universidad
se aprende en profundidad
lo que se aprende en la calle
hasta el ínfimo detalle
y a golpes de realidad.

Sueña el pobre con salir
de la agobiante pobreza
y en el intento se deja
la juventud y la vida
sin encontrar la salida
y sin alzar la cabeza.

Mientras mira desde afuera
la vida del potentado
él ve pasar a su lado
lo que nunca será suyo
solo le queda el orgullo
y los sueños destrozados.

Por entonces conocí
a señores disfrazados
de corderos avezados
en el arte de educar
y en eso de adoctrinar
son maestros consumados.

Al ignorante le dicen
que la única verdad
es la que ellos le dan
y lo demás es basura
así el listo se asegura
su pervivencia y su pan.

De la mano del gobierno
siempre van emparejados,
se reparten lo robado
con descaro y sin piedad
después hablan de igualdad,
de pureza sin pecados.

Salí a buscar a ese dios
tan bueno que ellos decían
pero las tripas vacías
no entienden de religión
se retoban cual malón
sin entrar en la porfía 

Conocí en aquellos tiempos                                   
otra raza diferente,
los políticos que siempre
van pregonando sus dones
y son vulgares ladrones
que se burlan de la gente.

Decidí que los caminos
me darían la respuesta
y con mi guitarra a cuestas
y montones de ilusión
recorrí cada rincón
sin más que la ropa puesta.

Los senderos me enseñaron
que el más rico del mundo
es quien pesca en lo profundo
y no se queda en la orilla
la elección es muy sencilla
y el resultado rotundo.

La mayoría prefiere
el camino más directo
no le importa si es correcto
solo le importa llegar,
yo preferí cabalgar
despacito contra el viento.

Me dijo un día el camino,
al escucharme pasar,
nunca dejes de cantar
cantá siempre, amigo mío,
aunque sea duro el destino
que te toque transitar.

Pero no solo le cantes
al amor y a la belleza
ponele voz a la pobreza,
versos al hambre y al llanto
y denuncia con tu canto
el oprobio y la bajeza.

Cuidá siempre que tu trino
hable del pobre y sus penas
del ruido de las cadenas
que arrastran los oprimidos,
del niño que se ha dormido
sin haber probado cena.
  
Cuando decidas el rumbo
que tu canto ha de seguir
ya no podrás desistir
ni echar el cuerpo a un costado
sino, lo que hayas cantado
a nadie le ha de servir.

Si tu sino te llevara
más allá de las fronteras,
sin olvidar tu bandera,
aprendé de otras culturas
aprovechá tu ventura
para ver lo que hay afuera.

Al alejarte del cuadro
mejorás tu perspectiva
para ver las llamativas
aristas que antes no vieras
y hallarás otra manera
de mirar a tu Argentina.

Recordá que no es tu patria
solo un pedazo de trapo,
ni es un discurso barato
de esos que llenan la boca
de los presuntos patriotas
que la empeñan en sus tratos.

El hombre que vive libre
es libre para elegir
por donde quiere seguir
la ruta que se ha trazado
pero una vez que ha empezado
ya no puede desistir.

Muchas veces me dejé
arrastrar por la corriente
pero siempre fui conciente
de que tenía un destino
y retomaba el camino
hacia la vida decente

Por eso no juzgo a nadie
si se equivocó de senda
talvez sirva para que aprenda
de la vida una lección
pues arranca el tropezón
de los ojos toda venda.

Ha de andar después alerta     
en cada paso que de
de no chocar otra vez
con la piedra que chocara
sino, las leguas andadas
ha de andarlas del revés.

Una vez un gran amor
me mantuvo encadenado,
tanto tiempo ha pasado
y no he podido olvidar
el brillo de su mirar
el más lindo que he mirado.

Si era como ver el cielo
en las tardes de verano
tan cálidos, despejados
que me miraban sonrientes
y eran sus labios ardientes
rojos ceibos encarnados.

Su fina piel de magnolia
recorrí en cada rincón
fue tiempo de la pasión
sin mesura y desatada
y es la herida mal curada
que aun llevo en el corazón.

Sus pequeñas manos blancas
resumían universos
que yo llenaba de besos
y ella los devolvía
cada minuto del día
era caldo para versos.

Por ella dejé de lado
mi rumbo de peregrino
me aparté de los caminos
por los que antes transité
y en milongas desgrané
mis versos de amor, mi trino.

Se puede el hombre enfrentar
a los peligros más fieros
y con su temple de acero
todo puede superar
pero no puede escapar
al amor cuando es sincero.
                                                                                                    
Por eso cuando se acaba
 pierde toda su alegría
y sumido en su agonía
vaga sin rumbo fijado
soltando el llanto guardado
por el sueño que tenía.

Una mañana cualquiera
conocí la soledad
y la triste realidad
de verme otra vez tan solo
me enseñó sobre los polos
que hay detrás de una verdad.

Pues luego de una día claro
y de una tarde soleada
llega la noche cerrada
en un contraste rotundo
y es igual en todo el mundo
la moneda y sus dos caras.

¿Qué sería del verano
sin el frío del invierno?
puede parecer eterno
pero todo se termina
porque la vida combina
el edén con el averno.

Y sin que yo lo quisiera
también se acabó ese amor
y con todo ese dolor
metido muy dentro mío
volví de nuevo al camino
ya perdida mi ilusión.

Tal vez por aquellos días
salieron de mi guitarra
las milongas más amargas
y las notas más sentidas
que perfumaban los días
y aquellas noches tan largas.

Así que retomé esa vida
de aprender mientras marchaba
y hoy son las leguas andadas
vividas enciclopedias
pues nada se aprende a medias
cuando es ardua la rodada.
                                   
Las maravillas del mundo                                       
me deslumbraron los ojos
algunas solo despojos
de lo que fue en otro tiempo,
otras grandes monumentos
que se yerguen orgullosos

Por su gran inteligencia
mucho el hombre ha progresado
hasta la luna ha llegado
y avanzado en todo campo,
sin sucumbir al quebranto
cuando en algo ha fracasado.

Pero su afán de progreso
se transformó en ambición
y olvidando la razón
que movía sus anhelos
hoy solo mueve los dedos
amasando otro millón.

Ahora va por el mundo
sin mirar a los costados,
no le importa si su hermano
ha de sufrir por su culpa,
solo mira cuanto abulta
el dinero que ha ganado.

Para concretar sus planes
invade mata y destroza
enviando a la misma fosa
a justos y pecadores
sin pensar en los dolores
que provoca si él progresa.

Como el triste cambalache
que tan bien describe el tango
todos juntos en el fango
al mismo tiempo metidos
y hasta los codos hundidos
en el ruidoso fandango.

Pero el hombre ha de enfrentar
sus culpas con entereza
soportando la dureza
del castigo que le toque
pues, no le sirve el enroque
para ocular su bajeza.

Toda acción ha de tener
su debida consecuencia,
no hace falta mucha ciencia
para entender la cuestión
la vida busca ocasión
y utiliza la conciencia.

Cuando pasa la factura
la conciencia es implacable
y le torna insoportable
la vida al que esconde culpas
como un espejo que insulta
y que le grita ¡culpable!

Por eso siempre enarbolo                                      
el respeto por bandera
procurando quedar fuera
de las acciones dudosas,
si están las baldosas flojas
mejor cambio de vereda.

Ha sido largo el camino
que inicié cuando era un crío,
a veces oscuro y frío,
otras suave y relajado,
de todo ello he sacado
sustancia para mi trino.

Hoy canto con fundamento
sobre todo lo vivido,
es tanto lo que he aprendido
durante estos largos años
apartado del rebaño,
solitario peregrino.

El tiempo se me escurrió
y se me fueron los años
mientras arreaba un rebaño
de ilusiones, cuesta arriba
y se me iba la vida
como el agua por un caño.

Algunas veces miro atrás
y me invade la nostalgia
como líquida substancia
se me cuela por los poros
y es entonces cuando añoro
lo que dejé en la distancia.

Si hago un balance no se
si he perdido o ganado,
riquezas no he acumulado
pero nado en la abundancia,
soy dueño de la fragancia
de las flores que he mirado.

Por las noches soy el amo
de la luz de las estrellas,
me saludan todas ellas,
también la luna a mi paso
me obsequia con un retazo
de su luz pálida y bella.

Muchas veces dormí a raso
en donde reina la calma
y desperté con el alba
y el primer rayo de sol
me declaró su señor
enriqueciéndome el alma.

Como todos los demás
yo he nacido desnudo
por eso siempre procuro
ir ligero de equipaje
para mi la ida es un viaje
sin urgencia y sin apuro

Aun llevo sobre los hombros
el mismo poncho raído
y el cabello encanecido
por los años que pasaron
sin querer se amontonaron
y sin notarlo se han ido.

También llevo mi guitarra
vieja criolla compañera
que conserva en su madera
memorias de alto ciprés
del árbol que otrora fue
antes de hacerse viajera.

A veces deja escapar
un suspiro de nostalgia
cuando siente la fragancia
de otro árbol a su paso
y se le cae un retazo
de milonga en la distancia.

A pesar de rodar tanto
y del tiempo transcurrido
no he cosechado enemigos
de quienes deba esconderme
y puedo enorgullecerme
de tener buenos amigos.

Puede el hombre perder
su trabajo y su dinero,
puede ser duro el sendero
que le toque transitar
pero debe conservar
la amistad con gran esmero.

Es la mano solidaria
y la palabra de aliento,
es en los buenos momentos
la carcajada sonora,
y el abrazo que se añora
cuando soplan malos vientos.

Por eso, querido amigo,
ahora quiero terminar
pues la historia de mi andar
talvez le suene aburrida,
esta historia que es tan mía
como tan suya al final.

Que más puede ambicionar
este gaucho peregrino
que tener un buen amigo
a quien poderle contar
todo lo que aprendió al andar
este viajero argentino.